La intrahistoria de las banderas ‘ocultas’

Aficionados de la selección española en la grada de Preferencia / J. REY

banner haren

Un percance relacionado con simbología vetada motivó posteriormente un «exceso de celo» entre la seguridad privada antes del partido de España en Cáceres

J. CEPEDA CÁCERES

Mientras sonaba el himno nacional español, el ambiente en las gradas del estadio Príncipe Felipe ya se adivinaba descafeinado y un tanto enrarecido. Poco colorido y apenas un puñado de banderas rojigualdas asomaban con timidez antes del encuentro amistoso que la selección española femenina absoluta disputó este jueves en Cáceres ante Marruecos con victoria por 3-0.

La frialdad con la que los 2.000 espectadores presentes en el coliseo verde recibieron a las pupilas de Jorge Vilda encerraba en el sector de Preferencia una intrahistoria que despertó airadas críticas entre algunos aficionados que acudieron al estadio de la carretera de Salamanca. Y es que la seguridad privada contratada al efecto para la ocasión instó, en determinados casos, a ocultar la enseña nacional para poder acceder al recinto.

La explicación dada los por los trabajadores, según detallan varios testigos, versó desde la «incitación a la violencia» hasta «órdenes de la federación», tal y como se detalla en distintos testimonios a los que ha tenido acceso este diario. En otros casos, ni siquiera hubo justificación: «Me dijeron que me la guardara, que no me podían decir por qué, pero que no se permitían banderas. Alucinante e inexplicable», desgranaba en sus perfiles sociales otro de los aficionados presentes en el Príncipe Felipe.

Cuestionada al respecto por HOY, la Real Federación Española de Fútbol, organizadora del evento, asegura que no hubo ningún tipo de directriz al respecto: «No tendría ningún sentido porque nosotros somos España». Desde el ente federativo nacional sí reconocen que minutos antes del inicio del encuentro en una de las puertas de Preferencia tuvo lugar un percance con un grupo de aficionados que intentó acceder a la instalación con simbología vetada en este tipo de eventos, lo que motivó posteriormente un «exceso de celo» por parte de los vigilantes encargados de la seguridad «para evitar mayores problemas». Algo que desde la propia federación consideran como un hecho «puntual y anecdótico» en el que durante unos minutos acabaron pagando justos por ‘pecadores’.

Requerida por este periódico, la empresa encargada del operativo rehusó este viernes hacer cualquier tipo de declaración sobre la actuación de sus trabajadores: «No podemos revelar ningún tipo de información», zanjó.